¿Cómo se debería contabilizar las criptomonedas?

Introducción

La contabilidad de las criptomonedas es un tema en evolución, pero actualmente las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) no tienen una guía específica para ellas. Sin embargo, se ha realizado investigaciones y aplicaciones por parte de un grupo de empresas que han reconocido dicho instrumento como parte de sus activos, pero la gran pregunta es ¿Qué tratamiento contable les han dado? Para ello, el presente artículo tiene como premisa detallar los conceptos que engloban las criptomonedas.

¿Qué son las criptomonedas?

En el 2008, Satoshi Nakamoto propone un sistema de pago electrónico basado en pruebas criptográficas, en lugar de la tradicional confianza depositada en las instituciones financieras. Su propuesta buscaba que 2 partes realicen transacciones entre ellas sin la intervención de un tercero (banco), y a su vez estas transacciones sean imposibles de revertir para evitar el fraude; a partir de dicho acontecimiento surge el Bitcoin. Las criptomonedas o criptodivisas (cryptocurrency) son un medio digital de intercambio que utiliza criptografía (encriptación), un proceso que asegura y verifica las transacciones. (Cabrera y Lage, 2022).
El Banco Central Europeo lo define como un nuevo tipo de activo en formato digital, bajo el uso de la criptografía, no regulado, emitido y controlado por quienes lo crean. Usado y aceptado como unidad de pago para el intercambio de bienes y servicios dentro de una comunidad virtual (2012).

Dentro de las características principales de las criptomonedas o criptoactivos, se presenta:

  • No tienen representación física
No tienen representación física
Emisión descentralizada
No son controlados por ningún Estado o entidad financiera
No necesitan intermediación

¿Las criptomonedas son una forma de dinero?

Según Jiménez (2012) en su libro Elementos de Teoría y Política Macroeconómica para una Economía Abierta, establece que el dinero es un medio aceptado en la economía para la realización de operaciones de compra-venta de bienes y servicios, así como para el pago o la cancelación de las deudas, quiere decir, que el dinero es un medio de intercambio y un medio de pago. El dinero es un activo financiero, puesto que, permite mantener o reservar el valor de la riqueza, pero, que a diferencia de otros activos, es un activo financiero líquido porque su poder de compra puede realizarse en cualquier momento. Comúnmente, se entiende por dinero al efectivo que llevamos en mano, billetes y monedas, pero los cheques girados contra depósitos en cuenta corriente son aceptados en diversas transacciones, por lo que, el concepto del dinero va más allá de un bien tangible de intercambio.
Jiménez establece que para que el dinero cumpla efectivamente su papel en la economía debe responder a las siguientes características:

Debe ser estandarizado, sus unidades deben poseer la misma calidad, no debiendo existir diferencias físicas entre ellas.
Debe ser ampliamente aceptado y reconocible
Debe ser divisible para permitir transacciones de poco valor monetario
Debe ser fácil de transportar
No debe ser fácilmente deteriorable pues perdería su valor como moneda.

A su vez, establece que el dinero cumple 4 funciones en la economía:

Es una unidad de cuenta y patrón de precios; simplifica la fijación de precios de los bienes y servicios.
Medio de intercambio; lo que lo distingue del resto de los activos financieros, debido a que el dinero es utilizado en la compra-venta de bienes y servicios sin ningún cuestionamiento a su aceptabilidad como forma de pago en las transacciones.
Medio de pago; es un medio de intercambio, y sirve para liquidar o cancelar deudas.
Depósito de valor; el dinero en depósito o en reserva es utilizado para guardar su poder adquisitivo o capacidad de compra a lo largo del tiempo.

¿Las criptomonedas son activos?

Según el artículo Criptoactivos – Tratamiento contable y tributario de KPMG del 2019, los criptoactivos son activos digitales que se pueden almacenar, transferir o intercambiar electrónicamente. Sin embargo, según el CINIIF, normas que interpretan las NIIF, consideran que las criptomonedas no son efectivo o monedas, ya que, son un depósito de valor deficiente al ser altamente volátil. No son un medio de cambio ampliamente aceptados y no los emite ni regula un banco central.

Según las CINIIF, las criptomonedas, por lo general, son activos intangibles normados por la NIC 38 – Activos Intangibles al ser de carácter no monetario y sin apariencia física. Por otro lado, si la criptomoneda se mantiene para su venta en el curso normal de las operaciones se contabilizaría según la NIC 2 – Inventarios.

Según la NIC 7 – Estado de Flujos de Efectivo, la definición de efectivo aborda tanto el efectivo en caja como el depositado en bancos y los equivalentes de efectivo como inversiones no mayores a 3 meses con un riesgo no significativo, punto que da partida para no considerar a las criptomonedas ni como efectivo ni como equivalentes del efectivo.

Conclusiones

El tratamiento contable de las criptomonedas se encuentra en un punto de inflexión, debatiéndose entre la falta de regulación específica y la necesidad de adaptarse a la naturaleza cambiante de estos activos digitales. Aunque existen lineamientos generales que sugieren su clasificación como existencias o activos intangibles, la realidad es que su contabilización depende en gran medida de su uso y propósito dentro de cada entidad.

Esta falta de claridad genera incertidumbre y desafíos para las empresas, que deben lidiar con la volatilidad de las criptomonedas y la ausencia de un marco contable sólido. Además, la creciente relevancia de las criptomonedas en el panorama financiero internacional exige una respuesta regulatoria y contable más robusta para garantizar la transparencia y la estabilidad del sistema.

En conclusión, el tratamiento contable de las criptomonedas es un tema complejo y en constante evolución que requiere un análisis cuidadoso y una adaptación continua a medida que se desarrollan nuevas regulaciones y se comprende mejor la naturaleza de estos activos. Es fundamental que las empresas se mantengan informadas y busquen asesoramiento profesional para garantizar un registro contable adecuado y transparente de sus transacciones con criptomonedas.

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